lunes, 22 de febrero de 2010


Mi abuela como no tenia mucho contacto con mis padres y sabía que no se enterarían me cogió del cubo de la basura y me ha estado cuidando todos estos años.
Ahora, después de tres de su muerte,vivo sola en su casa y cerca de mi viven una pareja amiga de mi abuela y su nieto amigo mio.Ellos me ayudan y me cuidan.
Y Peter, su nieto es mi mejor amigo, me ayuda mucho tanto en casa como en el colegio.
nuestro colegio no es igual que todos.
En el estudiamos pero no nos mandan deberes si no que cada semana nos dan un papelito con un trabajo y tenemos que realizar el empleo que pone y al final de la semana si lo hemos hecho bien nos dan un poco de dinero y se lo dicen al profesor para que nos ponga buena nota.
A mí esta semana me ha tocado de cartero y tengo que repartir las cartas a todos los vecinos.
A Peter le ha tocado de fontanero y tiene que bajar al subsuelo para arreglar las tuberías por donde se distribuye el agua por toda la ciudad. Todos los días después de hacer nuestro empleo quedamos para contarnos todo lo sucedido.
Un día cuando estaba en casa puse a rebuscar entre los libros, y cosas de mi abuela para ver si encontraba algún recuerdo o algo.
Después de buscar y leer libros antiguos, estornudar unas cuantas veces por el polvo, encontré en un libro egeo que en su interior tenía un trozo de papel arrugado y lo cogí y se lo lleve a Peter.
El concluyó que era de un mapa o algo parecido, el recordó un secreto que le contó su abuelo que tras un portal hay una salida a otro mundo.
Porque no os e contado que mi ciudad, está bajo el suelo de vuestro planeta. No tenemos luz porque no nos llega la del Sol, pero tenemos energía que la utilizamos para obtener luz.
Peter y yo nos pusimos en busca de más trozos para completar el mapa y salir de aquella ciudad.
Pasado un mes teníamos medio mapa completo y Peter y yo intentábamos coger distintos trabajos para poder investigar en cada lugar.
Por ejemplo: si trabajaba de bibliotecaria investigaba por los libros, de dependienta, preguntaba a la gente.
Mientras tanto Peter en las tuberías encontró una puerta secreta que conducía a un lugar que estaba dibujado en el mapa.
Un día me tocó trabajar en el mercadillo y cuando estaba vendiendo, vino Peter corriendo y me contó que ya tenia completo el mapa. Me dijo que estuvo cotilleando e investigando trás la puerta de las tuberías y que encestábamos: una linterna, comida, una goma, tela y agua.
En el mercadillo compramos comida, y unas bragas con goma, para utilizarla y también la tela y en el río cogimos agua y la linterna de mi casa.
Por la noche nos metimos pos las tuberías y llegamos a la puerta. Pasamos y empezamos a situarnos en el mapa y, poco a poco conseguimos avanzar y llegar hasta una especie de montaña rusa de agua, un río muy especial.
Vimos una barca pos la que descendimos por aquella especie de río y llegamos a una rampa que nos ascendía hasta otro mundo pero antes de subir se nos rompió la barca y le tuvimos que poner la goma de las bragas y en un agujero que se hizo le pusimos la tela para que no entrara agua y nos hundiéramos.
Se me ha olvidado contaros que cuando compramos las bragas, había un cartel que ponía ''Por la compra de 3 bragas le regalamos un libro''. Compramos 3 bragas para conseguir el libro por que este lo encestábamos ya que si titulo tenía mucho que ver '' El otro mundo y sus dimensiones'' y gracias al libro conseguimos descifrar la parte mas importante del mapa.
Entonces la arreglamos y ascendimos poco a poco hasta el otro mundo.
Peter y yo nos alegramos cuando vimos aquel valle con el río donde llegamos con la barca y la luz del sol.
En una hoja del libro que nos regalaron por aquella compra escribimos: '' Tomad este libro y el mapa contenido en el y encontrar la salida al igual que nosotros que hemos llegado a otro mundo y es mejor'' y la tiramos por el río que acabábamos de dejar y la carta bajo lentamente hacia nuestro antiguo mundo.
Peter y yo nos fuimos a investigar el nuevo mundo, y como tampoco era muy diferente del que veníamos pensamos en buscar una casa donde vivir, alguien que nos cuidara, alimentara y nos pudiera ofrecer una enseñanza. Y no sabemos y alguien obtuvo el libro y el mapa y consiguió llagar hasta nuestro lugar.

lunes, 1 de febrero de 2010

Cuento de Enero


Harto de mi vida, acabé viendo cómo se desacia en cenizas mi contrato. Pero antes os contaré porqué ocurrió.
Cuando empecé con 12 años el instituto, yo era uno de esos empollones, y mucha gente me trataba mal. Entonces, para hacerme guay me empecé a convertir en un mala persona. Acabé haciédome amigos y con catorce años empecé con las drogas, alcohol... solo para ser guay.
Con el tiempo me hice adicto y acabé fuera de mi casa, en la calle sin dinero con poca ropa y comida.
Ya tenía 16 años y, aunque no acabe la Eso, porque no queria ir al instituto y perder el tiempo. Me hice una casa bajo un puente y allí habite durante una temporada. Mis amigos, viendo como reaccionaba y lo loco que me había vuelto, dejaron de ser mi amigos .
Pasados unos días, vino la policía y me encontró tirado en el suelo, medio muerto. Entonces me cogieron y vieron la droga que tenia escondida entre los cartones. Pero como yo todavía no era mayor de edad, no me pudieron meter en la cárcel, y me llevaron a un centro psiquiátrico y a un reformatorio.
Después de dos años, ya con 18 años me pasaron del reformatorio a la cárcel y tras muchas sesiones de ayuda para dejar mi adicción a las drogas, el alcohol, tabaco... ninguna dio solución.
En la cárcel me requisaron todas mi adicciones. Pero eso no me ayudó porque cada día que pasaba sin consumirla me volvía mas loco y enfermaba mas. Entonces con el tiempo se me fue quitando la adicción aunque algunas veces me daban ataques.
Un día al lebantarme por la mañana sentí que estaba de buen humor porque había tenido un sueño en el que soñaba; con lo mal que había aprovechado mi infancia. Salté de la cama y me miré al espejo pensando en el sueño del que acababa de despertar pegué un grito desesperado.
Al oír el grito vino la policía con las armas en la mano, pero me vieron desesperado y llorando tras las rejas y aquellas cuatro paredes de cemento; y me preguntaron:
-¿ Qué te pasa?
-Nada, cosas de mi vida, que tengo que cambiar y que no debería haber echo. Y desgraciadamente me acabo de dar cuenta ahora, que ya no hay muchas soluciones.-Les dije apenadamente.
-Bueno pos no te podemos ayudar en nada. Lo sentimos- Dijeron los policías.
Con 22 años ya era un ciudadano legal y había dejado las drogas, el alcohol... Y el 21 de Julio cumplí mi deuda y salí de aquel infierno.
Cuando me soltaron, me fuí a buscar a mi familia para anunciarles mi gran cambio. Ellos me recibieron como nunca lo habían hecho, me dijeron que me quedara todo el tiempo que hiciera falta me dieron dinero para poder comprarme ropa, comida y pagarme unos cursos para conseguir trabajo.
Después de varios años estudiando me acabé varias carreras y me busqué trabajo. Justo el día de la entrevista me encontré con mis antiguos amigos y les conté todo los sucedido, ellos me contaron que dejaron las drogas por un tiempo pero que luego volvieron a consumirlas. Entonces me dijeron que tenían y que si querían y no puede evitarlo que me la tomé.
Cuando hice la entrevista del trabajo, los jueces tuvieron que elegir entre un chica o yo, la oportunidad me la dieron a mi pero el contrato no lo firmé en aquel momento si no que me lo llevé a casa para revisarlo bien todo y por la tarde llevarlo.
En casa pensé en lo que había pasado en aquellos años y recordé que aquella mañana volví a consumir drogas y que la chica que no habían elegido se merecía el trabajo mas que yo, a si que tire al contrato al fuego y empecé a llorar mientras veía como se hacia cenizas mi gran futuro.