Como un pobre hombre acabé siendo un vagabundo, ya que en mi infancia no estudié y pensaba que no serviría de nada. Pero después de mucho tiempo, me dí cuenta de lo que me esperaba; mis padres murieron y aquella no era mi tierra. No tenía amigos ni familiares cerca y ninguno me podía ayudar.
Un día cuando vagabundeaba, me encontré a Stewy, mi mejor amigo,un perro de pelaje claro de color canela y largo. Este no parecía muy viejo, ni sucio, así que, pensé quedármelo y no se, por si a casa alguien lo buscara y me diera una recompensa...para no estar así toda mi vida.
A pesar de que yo, no había estudiado ni nada se me ocurrían buenos planes e ideas para conseguir dinero.
La mejor, y la que todavía sigo haciendo y día a día mejorando: prepara un show.
La verdad es que no fue fácil. Aunque yo parecía muy viejo por mis pintas, realmente tenía todavía 32 años pero aparentaba más de 40, gracias a mi pelo grisáceo y súcio, por culpa de no tener dinero y falta de higiene y salud.
Le fui enseñando trucos y muchas otras cosas de obediencia. Y después de tres meses lo conseguí. Por las famosas calles de Madrid, y por el centro de esta, Stewy y yo enseñábamos nuestro espectáculo a las personas y sobre todo a turistas que paseaban por aquellas maravillosas calles. Y ahora también lo sigo haciendo.
Un día de verano conseguimos mucho dinero, hicimos un gran espectáculo, con acrobacia, saltos y muchas cosas espectaculares y para acabar, nos pusimos de rodillas a pedir.
Entoncés la gente echó muchas monedas, y un gato que pasaba por la calle, vió al perro y lo imitó, la gente nos dió más limosna al ver al gato.
Y me pareció muy buena idea porque yo me ganaba el dinero, legalmente, sin pedir o engañar a la gente y no lo utilizaba para drogas y otras cosas adictas y malas, si no para mejorar nuestro show y cuidar mi estado y el de Stewy.
Así mi vida cambió y todo gracias a Stewy y aún seguimos con nuestro show.
No hay comentarios:
Publicar un comentario